Sí, tendemos a creer lo que nos dicen cuando somos jóvenes hasta que tenemos el pensamiento crítico necesario para cuestionar las cosas. Hemos evolucionado de esa manera. Los niños pequeños rebeldes morirían si no creyeran a sus padres casi sin cuestionarlos.
Es bueno ser escéptico sobre algo que no has experimentado directamente por ti mismo. El hecho de que todo el mundo crea algo no significa que sea verdad.
Al mismo tiempo, si otras personas le muestran una gran cantidad de pruebas, tampoco debería negar completamente lo que dicen. Si no ha visto un microbio, depende de usted ir a verlo usted mismo en un microscopio. El conocimiento y los medios están disponibles para que obtengas una cierta experiencia directa en este tema. Las bacterias y los virus son un hecho objetivo, ya sea que creas en ellos o no hasta que lo veas por ti mismo. Los demonios no se observan tan fácilmente.
En cualquier caso, el escéptico de mente abierta puede entretener múltiples explicaciones e interpretaciones sin llegar a conclusiones duras y rápidas sobre nada.
El escéptico inteligente puede actuar según las opiniones de los expertos hasta que tenga motivos para no hacerlo (como la falta de pruebas para los demonios).