A partir de otoño de 2014, no hay una forma confiable de detectar cáncer de ovario. Afortunadamente, el riesgo de cáncer de ovario es relativamente bajo en comparación con otros cánceres, como el cáncer de mama y el de pulmón. Para aquellos sin riesgo genético, relacionado con BRCA, el riesgo general de por vida para una mujer sin antecedentes familiares es de aproximadamente 1%. Debido a que es relativamente raro, la detección conduce a muchos falsos positivos. Hay muchos más con pruebas anormales que los que se encuentran con cáncer real y puede conducir a cirugía innecesaria y angustia.
Las pruebas de detección más comunes son aquellas que combinan una prueba de sangre, CA-125, con una ecografía transvaginal de los ovarios. Este ultrasonido es diferente al ultrasonido abdominal típico porque se usa una sonda vaginal y esto coloca a la sonda de ultrasonido mucho más cerca de los ovarios.
Múltiples estudios muestran que las pruebas no son confiables. Hay altas tasas de errores en ambos sentidos (falso positivo y negativo). Los niveles de CA-125 en sangre pueden elevarse por razones no relacionadas con el cáncer. Los más comunes son la ovulación normal y la endometriosis, casi cualquier cosa que pueda causar irritación en el abdomen y la pelvis.
Además, incluso cuando el cáncer parece estar limitado a los ovarios en la ecografía, es posible que se haya diseminado el cáncer cuando se realiza la cirugía debido a la biología del cáncer que comienza en la superficie de las trompas de Falopio, no en los ovarios mismos. Luego, el cáncer se disemina al ovario y bastante temprano a la superficie de otros órganos.
“No existe un método de detección del cáncer de ovario que sea efectivo para reducir las muertes”, dijo la doctora Virginia A. Moyer, presidenta del panel de expertos, la Fuerza de Tarea de Servicios Preventivos de los Estados Unidos. “De hecho, un alto porcentaje de mujeres que se someten a exámenes de detección experimentan resultados de pruebas falsos positivos y, en consecuencia, pueden estar sujetos a daños innecesarios, como una cirugía mayor”.
El consejo contra las pruebas se aplica solo a mujeres sanas con un riesgo promedio de cáncer de ovario, no a aquellas con síntomas sospechosos o aquellas con alto riesgo porque portan ciertas mutaciones genéticas o tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
Los New York Times