Respuesta corta: sí, absolutamente. Pero para llegar a ese estado necesita tiempo para evolucionar.
El ébola no evolucionó en humanos. Saltó allí de otra especie (murciélagos, si no recuerdo mal). Cuando eso sucede, en términos evolutivos, el Ébola encuentra un nuevo entorno, y como es nuevo, no se ha adaptado a él. Antes del brote actual, solo había habido unos 2,500 casos de Ébola en humanos, ahora se dirige a 7,000.
¿Qué significa adaptación? Bueno, “adaptación” es en realidad nuestra abreviatura de “ser mejor en la replicación”. El virus del Ébola ya es bastante bueno: puede replicarse lo suficientemente rápido como para que el sistema inmunitario rara vez lo limpie y puede saltar de un host al siguiente en las condiciones adecuadas. Donde podría ser mejor es que a menudo mata a su primer huésped tan rápidamente que no ha tenido tiempo de propagarse a otro. También se debería decir que el Ébola no está “intentando” matar a su anfitrión; es solo una desafortunada consecuencia de su proceso reproductivo.
Afortunadamente para el Ébola (y desafortunadamente para nosotros) los virus mutan rápidamente, y una cepa de Ebola que es ligeramente menos fatal para los humanos será mejor para replicar que la versión original. Y eso parece ser lo que sucedió: cuando ha habido un segundo brote en la misma área, la tasa de mortalidad ha sido menor.
Este patrón se ha visto una y otra vez en la historia humana: las enfermedades se adaptan a los humanos (y los sistemas inmunológicos humanos aprenden a lidiar con ellas) y se vuelven meramente desagradables en lugar de fatales.