Primero leí acerca de los sueños lúcidos en los libros de Carlos Castaneda y seguí sus sugerencias para volverme lúcido en un sueño. Por lo que recuerdo, cuando me volví lúcido tuve que hacer cosas deliberadas: mirar mis manos, mirarme en un espejo y decir mi nombre.
Me llevó varios meses decirme que debía volverme lúcido y recordar hacer estas cosas antes de que finalmente me volviera lúcido. Mi primera experiencia fue bastante divertida: me volví lúcido en una casa y un perro pequeño me saltaba y me ponía en medio cuando quería llevar a cabo las tareas. Tuve que permanecer muy concentrado y determinado y forzarme a cruzar la sala de estar con el perro colgando de la pernera del pantalón y varias personas tratando de hablar conmigo y meterse en el camino. Al final llegué al baño, cerré y cerré la puerta. Me miré las manos, me miré al espejo, dije mi nombre y luego perdí la conciencia de nuevo.
Desde entonces, he descubierto que puede ser mucho más fácil comenzar a soñar lúcidamente; algunas personas ya lo hacen, o comienzan espontáneamente, después de todo. Pasé algunos años enseñando a las personas a soñar lúcidamente y regularmente el 50% de los participantes podían soñar lúcida la primera noche del curso. El resto lo logró para el final del fin de semana.
Entonces, si yo fuera tú y aún deseas aprender, confía en mí y deja que sea fácil.