Lo mejor es llevar una cantidad moderada, es decir, no demasiado poco: te deshidratarás (y serás más vulnerable a un aumento de la insuficiencia renal debido a esto) y no demasiado: podrías sufrir intoxicación por agua, ya sea aguda o crónica, con desequilibrios electrolíticos y pérdida de vitaminas y minerales solubles en agua.
En resumen: beber cantidades normales de agua. Bebe cuando tengas sed De esta forma evitará la deshidratación y la intoxicación con agua.