¿Tiene sentido gravar el azúcar, como lo está haciendo San Francisco?

Desde un punto de vista económico, yo diría que sí. La ciudad necesita aumentar los ingresos (¿qué ciudad no?) Y un impuesto a las bebidas gaseosas es esencialmente un impuesto voluntario. No quieres pagar? Entonces no compres soda. No morirás sin eso.

Ahora queda por ver si un impuesto de dos centavos es o no suficiente para afectar los resultados de salud (al reducir el consumo). Mi instinto es que las personas comprarán tanto como antes. Sin embargo, el tiempo dirá sobre esto a medida que la ley entre en vigencia.

Cuando coloque las palabras “¿tiene sentido” y “San Francisco” en la misma oración, ya tiene su respuesta … NO.