Cada vez que aparece un sentimiento viejo y atascado, mientras te sientas y simplemente lo observas, lo sueltas.
Ese es el beneficio más sorprendente de la meditación diaria: libertad de la tiranía de las cosas del pasado que nos hizo cerrar nuestros corazones.
Esas energías estancadas viven dentro de nosotros y nos obligan a reaccionar rápidamente, de manera inconsciente, cada vez que nos encontramos con una situación similar.
Por ejemplo:
Si un novio una vez me engañó, hace mucho tiempo, entonces hoy, solo una pista, un olor o un recuerdo pueden devolver esa sensación reprimida, desencadenarla así y podría terminar acusando a un compañero actual de algo que no tiene nada que ver con él.
Si, por el contrario, tenemos la suerte, como usted, de tener una práctica diaria de silencio y contemplación, seguramente experimentará el surgimiento de estas viejas energías en el silencio.
¿Cómo describirías el sonido que hace tu despertador en palabras?
¿Cuáles son algunos consejos para programar la hora en que uno se despierta por la mañana?
¿Qué te hace levantarte repentinamente de la cama en una mañana fría?
Aparecen porque tienen una oportunidad (nos callamos y estamos en silencio).
Y son un regalo porque podemos liberarlos (energías atrapadas) al observarlos y NO seguir la mente en la historia que quiere crear (¿cómo podría? Si tan solo tuviera … debería haber …)
Cuando lo observamos y lo sentimos en su totalidad, sin diálogo, la vieja energía puede liberarse, ganamos libertad, ¡las pérdidas pasadas tienen poder sobre nosotros!
Estos son beneficios sutiles de inmenso valor porque cosechamos el beneficio de estar completamente presentes, en este momento.