Las arqueas son un tipo de célula y una clase de bacteria.
Hasta cierto punto, la década de 1970, se pensaba que solo había dos tipos de células en el mundo: bacterianas y eucariotas.
Los eucariotas son amebas, hongos, levaduras y todas las células de animales y plantas y aprendieron a capturar otras bacterias e interiorizarlas, creando compartimentos como el núcleo que contiene la mayor parte del ADN, el cloroplasto (donde se produce la fotosíntesis en las plantas) y el las mitocondrias (donde el carbono se metaboliza en energía) y otras que, en mi opinión, no están completamente explicadas por la biología.
Las células bacterianas no tienen, por el contrario, tales organelos y, en general, son organismos unicelulares y muy simples.
En 1977, Carl Woese y George Fox publicaron datos de secuencia que mostraban que un grupo de bacterias estaba tan lejos de las bacterias como de los eucariotas. Este grupo se llamaba arqueas y otras bacterias son eubacterias (o simplemente bacterias).
Resulta que, aunque es difícil ver las diferencias, las arqueas sí representan un grupo distinto de seres vivos. Comparten más genes en común con eucariotas y tienden a vivir en ambientes extremos como aguas termales o agua extremadamente salada.
Archaea como grupo representa un cambio de época en la historia de la vida terrestre.