El diagnóstico de insomnio implica la recopilación de los síntomas informados por el paciente. Solo en una segunda etapa, para determinar si se trata de insomnio primario y trastornos secundarios a otras enfermedades, puede usarse en pruebas de diagnóstico como EEG o polisomnografía, una prueba específica para la función cerebral y dirigida a investigar los parámetros cardiovasculares y los respiradores.
El insomnio viene de muchas maneras diferentes, por lo que se clasifica clínicamente teniendo en cuenta al menos tres parámetros: duración, causas y tipos.