En parte porque es un mito urbano común y frecuentemente repetido.
Y en parte porque muchas de las situaciones en las que los niños suelen comer la mayor cantidad de azúcar son TAMBIÉN situaciones en las que a menudo son fuertes y caóticas.
Por ejemplo, los cumpleaños de los niños suelen incluir pasteles y refrescos azucarados y también sonoros y caóticos.
En otras palabras, a veces se trata de confundir la correlación con la causalidad.
Los niños a menudo comen azúcar Y son ruidosos y caóticos en las fiestas. Pero no son lúdicos y caóticos DEBIDO al azúcar, sino que son fuertes y caóticos debido a la fiesta.