No es que no debas establecer metas.
La atención plena trae más conciencia de lo que está sucediendo dentro de su cabeza y cuáles son los factores que están afectando sus emociones, estado de ánimo, acciones, reacciones y respuestas.
Mientras más consciente seas, más consciente eres de los factores que te afectan. Una vez que los conoces, tienes una comprensión profunda de cómo están conectadas las cosas y te esfuerzas por buscar soluciones. Así, entendiendo y eliminando cada impedimento hacia la paz, te vuelves libre.
No es la meta lo que distrae tu paz, sino la inquietud que surge debido a que la mente está impaciente por alcanzarla y teme no alcanzar la meta. Una vez que comprende que la mente siempre se inquieta hasta que se satisface un deseo, gana fuerza de la mente al recordar repetitivamente la situación al comprender que tal es la naturaleza de la mente que está inquieta hasta que se cumple el deseo. En el momento en que te das cuenta de esto, estás libre de las inquietudes causadas por el deseo. Ahora busca tu objetivo con esta claridad.
A veces puedes sentir que no tener objetivo no hay inquietud y, por lo tanto, paz. Pero esta es una noción errónea hasta que este estado se adquiera naturalmente en un esfuerzo sin esfuerzo.